jueves, 27 de septiembre de 2007

El otoño.


Mi querido chiquitín:

Mamá es atípica. Le encantan los cambios de estaciones. Encuentro algo mágico en ellos. El pensar que la tierra gira sobre si misma, produciéndose el día y la noche, es tan abstracto para mi pensamiento que me emociona. Y el movimiento que tiene la tierra alrededor del sol y que a su vez produce las estaciones.... es tan intangible. Somos pequeñas hormiguitas dentro de ella. Me da vértigo, lo veo mágico (es científico, pero la ciencia es magia...).
A mamá le encantan facetas de las Estaciones. Me encanta de la primavera cuando surgen tímidamente las flores, que después se elevaran majestuosas. La primavera es el renacer de los sentidos, el renacer a la vida (dormida anteriormente). Adoro el rabioso verano, el pasear por la calle, disfrutando de una buena temperatura, la playa (como me gusta), la arena caliente, las aguas frías... el sofocante calor que se respira. Del otoño me entusiasma las hojas pardas de los árboles, hojas secas, que se mecen por el viento frío, y que avisan que estamos a puertas del frío (ese frío que golpea nuestras caras).
A todo le encuentro algo positivo.
Así que al bucear por internet. Y he encontrado una delicia. Unos poemas hechos por niños sobre el otoño y uno del poeta Luis García Montero.

El otoño

El otoño huele

a la lluvia que cae,

que moja la tierra,

que moja las hojas.

El otoño huele

a setas que se esconden,

a castañas asadas,

a niños que corren.

El otoño huele

al frío que llega,

al aire puro

que el viento se lleva.


El otoño huele

a gotas de lluvia

a tierra mojada

a hierba fresca.

El otoño huele

a frutos secos

a castañas asadas

a niños que juegan.

El otoño huele

a las hojas que vuelan

al aire fresco

a los pájaros que se alejan.

poema creado por los alumn@s de 2º de Primària



El otoño

El otoño es un barco que navega

con abrigos, silencios y paraguas,

sobre los parques y las arboledas.

¡Gaviotas amarillas!

Son las hojas que vuelan

y caen lentamente

hasta pisar la tierra.

El cielo frío se parece al humo

de los barcos sin velas

que dibujan el sueño de los vientos

con los pinceles de sus chimeneas.


Yo soy el marinero del otoño.

Mira mi barca seca

y las bellas gaviotas melancólicas

volando en mi cabeza

En la orilla dormida de la tarde

hay olas de silencio y tristeza.

Por las ramas desnudas,

por el agua secreta,

por los abrigos grises,

el otoño navega

como un barco perdido

sobre las arboledas.

Luis García Montero


P.D: Las listas de espera del icbf se han movido en algunos tramos, pero en el nuestro no. A continuar esperando amor.

Un beso, y no olvides que te queremos.