sábado, 13 de octubre de 2007

Una historia de familia. La riada de 1957



El abuelito de mamá, tu bisabuelo, me contaba la Gran Riada de Valencia. Allí estaba yo, con la boca entreabierta, sentadita en mi sillita de madera (que me había hecho él para ver Heidi), y con los ojos saliéndome de las órbitas. Sin apenas pestañear, y escuchado sin perder detalle.

A través de mi imaginación prodigiosa (cuando escucho una historia es que la veo, soy muy teatrera y dramática, más que prodigiosa). Además, no se si como al abuelo y a la abuela los veía muy mayores la historia la veía en blanco y negro.

La familia del bisabuelo tenía una empresa que habían construido con sus propias manos, ladrillo a ladrillo. La empresa era un taller de mecánica, colocaban bombas extractoras de agua (de los pozos de los pueblos, de los campos… ) y reparaban maquinaria de todo tipo (agrícolas, industriales...)

Con la primera subida de agua, tras las lluvias de octubre de 1954, un famoso banco en Valencia y los llamaron para achicar el agua, ya que se inundaron sus bajos.

El abuelo junto a sus hermanos y sus hijos se fueron a la capital a trabajar el día 14 de octubre. Una vez allí, y después de horas de trabajo volvieron a dar la voz de alarma: venía una lengua de agua a través del río Túria y Valencia se inundaba por su descomunal crecida.

El abuelo junto a sus hijos se marcharon corriendo. Subieron al autobús (una línea de autobús que todavía funciona) y quedaron atrapados entre el agua y el barro en un pueblo de la huerta. Cerca de la capital y lejos, todavía de su casa, a unos kilómetros. Escaparon de las aguas y se refugiaron en casa de una tía que vivía en ese municipio.

Mientras mi abuela (tu bisabuela), y sus cuñadas que vivían arriba del taller que con tanto sacrificio habían construido y creado, aguantaban estoicamente en sus casas, intentando salvar sus enseres y viendo como crecía el agua del barranco del Pollo (proveniente del barranco de Chiva). Subían las aguas y conseguían rescatar a las personas que vivían debajo del puente subiéndolos a sus casas. Como el agua llegaba a las partes más altas del taller, y pensando que se derrumbaba ya que se encontraba pegadito al barranco, tuvieron que hacer agujeros en las paredes para acceder a los edificios vecinos y más altos.

A la abuela le dijeron que habían muerto sus hijos y su marido, pues la capital del Túria se encontraba anegada de agua y tierra. Los autobuses se quedaban varados y atrapados en la carretera entre el agua, el fango y el lodo. Desde el taller lo veían. Los viajeros salieron por las ventanas, y los vecinos de las viviendas de los alrededores lograban salvarlos, tirándoles cuerdas, tablas de madera, escaleras…

Y yo allí sentadita, viendo a través de mi mente a la abuela (tu bisabuela) haciendo agujeros en la pared, a mi padre, a su hermano junto y a tu bisabuelo nadando entre las aguas…. Y lo que más emocionante, como sería la emoción de reencontrarse todos bien. Lo perdieron todo, la maquinaria, el huerto con sus hortalizas y cítricos, sus conejos, sus gallinas…. Pero salvaron la vida las cinco familias (que juntas vivían en el taller ).

Y pusieron una placa de cerámica, que pegaron a la fachada del taller, y que todavía hoy se puede ver. Está, cuarteada, vieja y sucia. Suele pasar desaperciba a los transeúntes y allí pone “Hasta aquí llego el agua de la riada de 1957”

Pasaron una guerra, una posguerra, una riada, penurias económicas… Y después de analizar todo esto que nos queda… pues seguir andando, trabajando y luchando por el día a día.

De esto hace cincuenta años.

Hoy, sentados comiendo con mi familia, y viendo todos juntos las noticias, escuchando como ha llovido estos días, las crecidas de los ríos, las inundaciones en los pueblos de toda la Comunidad Autónoma, el abuelo (mi papá) ha dicho: “ El tiempo es cíclico”. Y la abuela (mi mamá) ha comentado “Justo a los cincuenta años”.

La Gran riada de Valencia a la inundación que tuvo lugar el 14 de octubre e 1957

Foto del mi abuelo y sus hermanos e hijos en el taller de la Familia después de la inundación.


Antigua carretera real de madrid

Por Cierto, y coincidiendo con que el día 15 de octubre es el día de acción del blog y el tema es el Medio Ambiente, creo que estas vivencias, estos hechos que he narrado son la voz de la experiencia, de la historia: La Naturaleza es sabia y no hacemos caso a sus señales. Cuidémos del planeta..
Estamos de paso, de camino, debemos dejar un preciso mundo a nuestros hijos y nietos.