miércoles, 2 de enero de 2008

2008

Mi querido querubín/a:

Ha llegado un nuevo año.
Despedimos el 2007 rodeados de familia y amigos. No se puede pedir más.
Este 2008 lo hemos recibido calmados, con los pies en la tierra, sin grandes pretensiones. Deseando salud. Mucha salud. Y como no deseamos conocerte.
Estoy como una niña chiquitina. Mirando a través de la rendija de la puerta, deseosa de ver lo que hay detrás. Por qué detrás de la espera estás tú.
Así que vuelta a la incertidumbre (jamás se fue), a la resignación, a la esperanza contenida, y a los fervientes deseos de maternidad y paternidad.
El nuevo año lo estrenamos con una visita a una exposición. Estuvimos en el Centro Cultural de Bancaja viendo a Sorolla y su obra "Visión de España". Las pinturas que se muestran son una visión muy personal del artista valenciano sobre las regiones de España (Valencia, Castilla, Andalucía, País Vasco...). Catorce monumentales paneles. Fueron encargadas por el fundador de la Hispanic Society a Sorolla en el año 1911, para que las realizara en cinco años y por las que cobró 150.000 dólares.
Cuando salimos, felices por haber visto tanto y tan bonito, al pasar junto al edificio con el coche pensé "¿Vendremos juntos algún día...?". Espero y deseo que sí.
Sorolla pintó los lienzos cuando estaba enfermándose. Y este hombre continuó viajando por toda la geografía española para pintarlos. Y cada vez se encontraba peor, y se nota en los cuadros. Y aún así los finalizó... Titánicas obras. Sorolla subía y bajaba la escalaras que apoyaba en sus grandes paneles (ya que uno de ellos medía 3'5 de alto y 17 de largo), sujetando pinceles que medían un metro, pasando frío, dolorido, cansado, con muchos mareos... Me ha impresionado su tesón, su testarudez, sus ganas de ver su obra finalizada, su persisténcia... También me ha llamado mucho la atención las caras de las gentes, y como se iban desdibujando a medida que se encontraba mal. Y aún así... un genio.

Este es otro tesoro que hemos vivido para poderte contar cuando estés con nosotros.


Un beso mi amor, estés dónde estés.

Uno de los cuadros de Sorolla preferidos por mamá
(no se encuentra en esta exposición)