jueves, 11 de diciembre de 2008

POR FIN... NUESTRO HIJO...


Nos despertamos a la hora española... a las 4 de la mañana, que eran ls nueve aquí.... Así que a ocupar el tiempo... ducharse, arreglarse, volver a preparar la bolsa del bebe..
A las siete, bajamos a desayunar... Que bueno... todo lo que cocinan los camareros de Patrice.. Owen, Javier, Giovani, Edgar... Así que como todos los españoles, a desayunar a "lo bestia".
Huevos revueltos, fruta, zumo, café colombiano... Por fín probamos el café colombiano!!!!!!!.
Y.. a esperar a la abogada. Y siempre con puntualidad colombiana... media hora después de la hora de la cita... apareció.
Nosotros, incrédulos, ya que esperábamos que "la vida", nos sorprendiera con otro aplazamiento, llegamos al icbf de Nariño.
Me pareció un lugar frío, però al entrar dentro... noté el calor de sus gentes y de sus paredes. Recuerdo que pensé:... "aquí es dónde asignan... aquí es dónde llamámos, aquí es dónde dan a los niños... AQUÍ ES DÓNDE VAN A DARNOS A NUESTRO HIJO...".
Esta entrada me cuesta mucho... muchisimo... Desde que busqué a mi hijo/a... sentí que algo faltaba, y tanto tiempo de espera, de ilusión, de tristeza, de añoranza... y en pocos segundos... se hizo todo realidad.
Caminamos por el pasillo, miré sus paredes, los carteles del icbf, el nombre de sus trabajadores en la puerta... y por fin llegamos al despacho de la defensora del menor.
Allí nos sentamos mi marido y yo, y empezó... el momento que tanto soñamos.
La doctora nos saludó, nos agradeció la elección de colombia como país para la adopción, y nos preguntó que qué esperábamos de nuestro hijo (sí, nos dijo hijo... nuestro hijo).
Yo dije que nada. Y le sorprendió. Nada, porqué nos ibamos a descubrir y conocer.
Pero siempre, en nuestro subconsciente nos hacemos ideas...
Sacó una libreta que había elaborado la madre sustituta, y un dossier con fotos, que debió de hacer el icbf... Allí ponía el desarrollo de nuestro hijo...
Llore, y lloré, y lloré, y lloro al contarlo...
Nos dijo que no nos emocionaramos, ya que pronto entraría el niño, y nos tenía que ver bien...
Así que cuando acabamos de verlo, la trabajadora que vino desde su pueblo trayendo a nuestro hijo, salí a ver si estaba preparado, y yo... al baño (ser mujer y nerviosa...).
Al sentarme otra vez en el despacho, al momentito... se abrió la puerta... y apareció... nuestro niño.... Morenito, mofletudo, tieso... mirandolo todo.
Y pensé... "mi chiquitín...".
Abrazos, besitos, arrumacos, juegos, fotos, fotos, y sin lágrimas!!!!!!!!.
Y firmamos una hoja de autorización de tutela del niño, con derechos y deberes, y ... al hotel.
No nos extraño nada... y eso todavía me tiene sorprendida.


Por mucho que os cuente, por mucho que narre, no hay nada, nada comparable con el roce de su carita, con el sentir su respiración, sus movimientos... Es sin duda lo mejor que nos puede ocurrir en la vida.

Miles de besos.
Carmi