domingo, 7 de diciembre de 2008

Las calles de pasto...

Carretera Panamericana, San Juan de Pasto


La primera persona que ví en el hotel fue... a una chica, y pensé: "Esta es Sophie"... y sí lo era... Se presentó en las escaleras que subían a la habitación.... Que alegría, una de las chicas de la espera... y por fin la conocía.
Recorrimos las calles cercanas al hotel, con sus hermosas casas (es un barrio residencial), calles abruptas, aceras desigules y.... cerca de allí la carretera panamericana.
Para cruzarla no había un sólo semáforo, ni paso de cebra... solo la vía con dos carriles en cada sentido. Por ella pasaban camiones, coches, motos, autobuses... y los transeútes corriendo.
Y necesitábamos cruzarla para ir a comprar al centro comercial. Queríamos salir, y distraernos... pero no pensábamos que iba a ser tan "especial" el cruzar la calle. Así que .... observando a la población local... corrimos de una parte a otra, esperando encima de un seto, a medio metro de altura, para pasar entre carril y carril.
Y... llegamos al supermercado. Hay que ver... no recuerdo lo que compramos... sólo que queríamos distraernos y teníamos ganas de que llegara el día siguiente para ver a Pau. Si recuerdo el deshacer las maletas, el arreglar la ropita de mi niño....
Al llegar al hotel nos con la compra nos conectamos a internet, y les dimos la noticia del retraso a las famílias y amigos... y todo intentando que no se nos notara la tristeza.
Desanimados, bajamos a cenar... Que espectáculo. Patrice, el magnifico anfitrión y dueño del hotel, nos esperaba con una cálida cena, nos llenó de atenciones, nos animó... Y pudimos charlar con Mathias, Patricia, Denis, Sophie, Michel... Ya estaban con sus hijos. A Mathias y Patricia los había conocido por la mañana, mientras esperábamos fallidamente recoger a nuestro hijo... Y ellos, acompañados de Patrice (que hacia de traductor), acaban de recoger a la preciosa Ámbar.
Jamás pensé que se sintieran tan hermosos sentimientos con las demás famílias que estan en la misma situación. Si durante la espera se crean lazos solidarios, el estar allí creciendo y creando una família es .... entrañable.
Allí en la cena, me enteré que a veces, suceden estos retrasos, y que habían famílias que tardaban bastantes días.... ¡Otra tortura más de la espera adoptiva!.
Así que después de cenar pensé: "¿Será esta la última noche siendo dos...?".


Por mucho que pienso y reflexiono, lo vivido y sufrido, ha sido el proceso "necesario" de llegada a nuestro hijo. Pero no lo olvido. Yo no lo olvido. No olvido las noches en vela, ni los días grises, ni el estar pendiente de una llamada o de internet...No me ha dejado una huella indeleble (ya no me conocía sin espera, ya no sabía vivir sin incertidumbre... ), pero me ha cambiado (entre otras muchas cosas). Estos días en casa, tranquila... me ha costado hacerme a la situación, porqué el estar constantemente feliz .... me desasosegaba... Y lo achaco a esa tensa espera. Ha hecho falta el paso del tiempo para unirnos, pero en cuanto hay una asignación, el viaje debería ser inmediato. El hijo ha de estar con sus padres. Y la falta absoluta de información.... tanto por las administraciones como por los representantes, es desesperante... Así que no hay día que no me acuerde de todas vosotras, que estais ahí... en el camino... Maldita burocracia!!!!!!!!!!!!!! Malditas leyes de los hombres !!!!!!!!!!!!!!!!!!!. Y se dilatan, se dilatan las listas y el tiempo de espera...
Miles de besos.
Carmi